ALOIS HUDAL, el obispo silenciado

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El resultado catastrófico de la guerra que acabó en 1945, entre otras muchísimas consecuencias trajo consigo que incluso la Iglesia Castólica Romana ha tenido que someterse en parte al imperio de los vencedores. Es inevitable que la Iglesia tenga que adaptarse a la legalidad dominante, pero quizás hoy falta el coraje y fe necesarios para llegar a dar testimonio arriesgando la propia vida. En Rusia, Méjico y España miles de  cristianos murieron mártires para no renunciar a su fe. Esto ocurrió antes de 1945… pero, al parecer, tras el concilio Vaticano II, que algunos observadores han juzgado como la claudicación del Vaticano ante los valores de la Enciclopedia masónica… la Iglesia no tiene el coraje de defender incluso sus actos más recientes. Es el caso del obispo Alois Hudal, del cual hoy apenas hay gente que tenga noticia de su existencia… La explicación de este silencio es que sintió admiración hacia el III Reich, pese a que lógicamente, como católico, tenía ciertas reservas y objeciones hacia algunos aspectos del Nacionalsocialismo.

Tan poca es la información que hay disponible sobre el obispo Alois Hudal, que sólo hemos hallado en internet una semblanza hostil hacia su memoria. Aquí reproducimos un resúmen:

 

MONSEÑOR ALOIS HUDAL

 La red de fuga en que intervino el Vaticano se llamó “la ruta de los monasterios” o «la ruta de las ratas» y fue la más eficaz de todas las vías de escape planificadas por los conjurados de la Maison Rouge de Estrasburgo. Estimaciones coincidentes indican que cinco mil jefes nazis alcanzaron a escapar gracias a esta organización. Su sede central estaba en la capital italiana, operaba desde oficinas propias bajo la cobertura de la Pontificia Comisión de Asistencia (PCA) (2) a la que Pio XII había conferido competencia exclusiva en el manejo de los temas vinculados a prisioneros y refugiados de guerra. El cerebro era el obispo austríaco Alois Hudal, jefe de la sección austríaca de la PCA y rector del colegio alemán Santa María dell’ Anima, sito en Piazza Navona, en Roma. Este obispo fue autor de un libro llamado “Las Bases del Nacionalsocialismo” (Die Grundlagen des Nationalsozialismus), una verdadera apología del nazismo. Fue editado en Leipzig y en Viena en 1936, y un ejemplar del mismo fue enviado por Hudal a Hitler, con una dedicatoria manuscrita que decía: “Al artífice de la grandeza alemana”. Asimismo Hudal se autoproclamaba «jefe espiritual de los católicos germanos residentes en Italia».

Para determinar el papel que Hudal jugó en la huida de los jerarcas nazis hay varias fuentes posibles:

Sus propias memorias («Diarios Romanos»)

La versión de los historiadores oficiales de la Iglesia

Un informe del agregado militar de los EUA en Roma en 1947

Los archivos del Vaticano y de Santa María dell’ Anima

Sus memorias y la versión oficial del Vaticano se complementan extrañamente.

1. En sus memorias, Hudal no duda en admitir la ayuda que prestó a los criminales prófugos. Mantuvo esta posición hasta su muerte ocurrida en 1962. Según el propio Hudal, esta tarea de ayuda corría por cuenta del Vaticano. Para Ignacio Klich, coordinador académico de la Comisión por el Esclarecimiento de las Actividades del Nazismo en la Argentina (CEANA), esto no ofrece duda alguna: «El rol de Hüdal durante la guerra no habría sido posible sin la luz verde de la Santa Sede».

2. La opinión contraria fue sostenida por Robert Graham, un sacerdote jesuita historiador oficial del trono papal. La tesis de Graham para desautorizar a Hudal es simple: estaba fuera del Vaticano. Dicho de otra forma: Hudal habría actuado solo y por su cuenta. Sin embargo como consigna Ignacio Klich en «Le Monde Diplomatique» (3):«..es quizás cómodo actualmente hacer del obispo Hudal el principal responsable de las evasiones, pero conviene subrayar que ni la ruta de los monasterios ni su propio papel durante la guerra, hubieran sido posibles sin la luz verde de la Santa Sede.» Cabe agregar que esta tesis del Vaticano tampoco explica el hecho de que muchos otros religiosos, como ya veremos, también colaboraron, y mucho, con los fugitivos del III Reich.

3. Un elemento de juicio capital es un memorándum secreto dirigido en mayo de 1947 al Secretario de Estado norteamericano, George Marshall, por el agregado militar en Roma, Vincent La Vista. Este documento recién salió a la luz treinta y cinco años después de redactado. Fue obtenido por el historiador Charles Allen Jr. y fue publicado en la prensa de Paris y New York en febrero de 1983 (4). Sin ningún tipo de eufemismos en el informe se define al Vaticano como la «principal organización implicada en el movimiento ilegal» de personas, dando los detalles sobre el funcionamiento de una gigantesca red de evasión. Según el militar norteamericano desde 1947 existía una compleja organización dirigida por altos dignatarios vaticanos, encargada de poner a salvo a los nazis que vagaban sin rumbo por Europa. El funcionamiento de la red se basaba en una cadena de recomendaciones y conocimientos personales que permitía a los prófugos conseguir asilo, dinero y documentos antes de ser embarcados para puertos seguros. Este informe se ocupa naturalmente del obispo Alois Hudal, pero también agregó una lista de otros veintiún dignatarios vaticanos implicados en la organización de fugas, citando entre ellos al cardenal italiano Humberto Siri, al arzobispo yugoslavo Kronislav Draganovic, el obispo Iván Bucko, así como una larga de serie de sacerdotes. (5) La veracidad de este informe, que no ha sido rebatido convincentemente por la Iglesia, iba a comprobarse con el correr del tiempo.

4. Es muy significativo que aún hoy, en pleno siglo XXI, los archivos del Vaticano y de Santa María dell’Anima permanecen todavía cerrados a cal y canto por la jerarquía vaticana, que no permite que nadie investigue los documentos que allí se guardan vinculados a este tema

 

 

 

ALOIS HUDAL (n.Gratz, 1885 – m.Roma, 1963)
Después de la Segunda Guerra Mundial la Iglesia negó todo conocimiento sobre las redes que habían ayudado a huir a miles de criminales de guerra nazis. Ante cualquier insinuación de lo contrario, el Vaticano recurría a «historiadores de renombre» que negaban tal punto, como el jesuita Robert Graham. Con el paso de los años, y gracias a denuncias como la de Simón Wiesenthal y la revista americana Reform Judaism, pero sobre todo gracias a las memorias de varios de estos nazis fugitivos se llegó a comprobar la existencia de la llamada «red de los conventos» integrada en la organización ODESSA y dirigida por miembros de la Iglesia, entre los que sobresale el obispo austriaco Alois Hudal.
Hudal, rector del Colegio Pontificio de Santa Maria dell´Anima y representante de la Conferencia Episcopal Alemana ante el Papa, se hizo famoso ya antes de la guerra por su antisemitismo (afirmaba entre otras cosas que el estado liberal era el responsable de haber derribado los muros del gueto) que le llevó a dar su visto bueno a las
leyes de Nuremberg, y por intentar conciliar el nazismo con la fé católica. Hudal, ferviente nacionalista alemán, veía el nacionalsocialismo como una continuación del Sacro Imperio Romano Germánico que podía hacer frente al peligro del marxismo y el judaismo (los consideraba lo mismo). No estaba conforme sin embargo con las radicales reformas sociales que proponían los nazis, pensaba que, llevado a su extremo, el nazismo podía sustituir a la religión, en vez de unir a los pueblos alemanes bajo la fé que debía venir de Roma. Por todo ello, al final sus ideas fueron rechazadas en mayor o menor medida tanto por Roma como por los nazis.
Después de la guerra Hudal pasó de convencido nacionalista a luchador contra el comunismo, y fue uno de los que extendieron la idea de que había muchos prisioneros nazis que, no solo eran inocentes de los crímenes de guerra de los que se les acusaba, sino que eran grandes luchadores anticomunistas que podían ser muy útiles en el futuro y que en aquellos momentos necesitaban de toda la «ayuda humanitaria» que la Iglesia pudiera prestarles. La participación en estas mismas ideas por parte del Papa Pio XII y de su consejero Giovanni Montini (el futuro Pablo VI) ha sido muy discutida por el Vaticano (Graham), que afirma que el Papa no solo no conocía las andanzas de Hudal, sino que ni siquiera le recibía por su relación con el nazismo. Sin embargo otros autores dicen que Hudal no solo era el representante de los obispos alemanes ante el Papa, sino que también era secretario de Montini, además de amigo íntimo de ambos, con lo cual es difícil que no estuvieran enterados de sus actividades. La cuestión es que tras la guerra se creó una red que permitió la huída de unos 30.000 jerarcas nazis a América mediante fondos que venían de organizaciones como Cáritas, Cruz Roja y otras más oscuras relacionadas con el
OSS americano y el MI6 británico. Durante años fue célebre el monasterio de la vía Sicilia, en Roma, por el que pasaron criminales tan tristemente famosos como Franz Stangl, comandante de Treblinka; Gustav Wagner, comandante de Sobibor; Walter Rauff, inventor de las cámaras de gas móviles o el mismísimo Adolf Eichmann. Todos ellos obtuvieron documentación falsa de Hudal, y luego acabaron refugiados en la Argentina de Perón, donde muchos escribieron memorias que daban luz a la trama. Pese a ello, la Iglesia siguió negando su relación con el asunto.
Antes de su muerte en 1963, Hudal reconoció en sus «Diarios Romanos»  su implicación en la red ODESSA, considerada como un acto de caridad.
 
 
 
 

 

posted by Jose Antonio del Valle  

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MontAlbo ha copiado esta información de las siguientes fuentes:

uruguayinforme y  vidas-ajenas

Por otra parte, de shoarose copiamos lo siguiente:

Austrian Bishop who aided Eckhart, Wrote Foundation of National Socialism 1942; He was instrumental with Pacelli in the foundation work for MIT BRENNENDER SORGE (With Burning Concern) forming the framework for the Vatican to cautiously work with the Third Reich in matters of anti-communism. He said, «in this fate hour the foreign German Catholics welcome the coming German Reich, whose bases on Christ loyalty and people loyalty are to be developed» and warned against misconceived ideas of peace.

 

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9 respuestas to “ALOIS HUDAL, el obispo silenciado”

  1. feresuelta Says:

    EXCELENTE!!! gracias por el aporte a conocer a este gran obispo

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  2. ze barreto Says:

    La foto blanco y negro no es de Hudal, pero si de Joachim Alois Ammann misionero e obispo en Africa

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  3. josephgoebbelmaricondemierdacharrysolano Says:

    una mierda de obispo, eso es lo que es este hombre, nada mas alejado de DIOS y de jesus , rey dfe juda y de las naciones, sopencos imbeciles….

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  4. Victorino Tenorio Says:

    Terrible mi Iglesia Católica. Terrible. Terrible.
    Por obtener el poder terrenal ayuda a criminales.
    Y sigue habiendo sacerdotes, obispos y cardenales similares.
    Creo en el actual Papa. Espero que el Vaticano permita abrir todos esos archivos relacionados con la Segunda Guerra Mundial.

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    • jrania Says:

      La Iglesia Católica, pese a estar sujeta a la condición humana, estuvo en todos los siglos de su existencia, muy por encima del nivel ético de los estados europeos y por supuesto, muy por encime de las demás culturas y naciones.
      Alois Hudal fue un obispo tan respetable como el que más.

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